domingo, 8 de octubre de 2023

468. Fichas como dinero de bolsillo en el manicomio.


El día 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental. Fecha que año tras año nos recuerda la carga y sufrimiento que la enfermedad mental impone sobre las personas afectadas y sus familias, reclamando mayores recursos y dotación presupuestaria para su atención. Y, no ocurriéndoseme nada mejor para colaborar desde Psiquifotos con la efeméride, ya que hablamos de dineros, creo que puede ser un interesante y seguramente desconocido tema la referencia a la calderilla en las instituciones psiquiátricas.

El uso interno del dinero siempre ha sido un tema delicado dentro de una institución psiquiátrica residencial. Por una parte, por la falta de control de algunos pacientes, o el abuso que podrían ejercer unos sobre otros. Por otra, su generación en los talleres de laborterapia, independientemente de la justeza o no de los salarios, y el subsecuente gasto, principalmente en el bar y tiendas de conveniencia intramuros, así como su ahorro, voluntario o imperativo en muchas ocasiones.

Ese flujo económico circular en grandes organizaciones, y no me refiero ahora específicamente a las psiquiátricas, muchas veces no ha sido más que motivo de abuso y explotación añadido. Tal y como sucedió en los primeros tiempos de la revolución industrial, cuando, por ejemplo, los mineros y sus familias eran obligados a utilizar los artículos suministrados por la empresa, o se les pagaba directamente con vales para ser canjeados en sus establecimientos. De esta forma, la compañía se aseguraba no solo un consumidor fiel, si no que disminuía su presupuesto líquido para hacer frente a los pagos de la plantilla, que incluso se convertía en deudora de la empresa al pedir “adelantos” para alguna de sus necesidades.

 

Ficha o jetón de 10 céntimos (1908). Economato, Hulleras de Veguin Olloniego (Asturias). Archivo Filatelia y Numismática Suárez.


Volviendo al encuadre psiquiátrico, más allá de la introducción, en 1965, por parte de Ayllon y Azrin de la economía de fichas (token economy) en el hospital Anna de Illinois, la idea de establecer una moneda interna para los manicomios viene de antiguo, con ejemplos fuera de nuestras fronteras ya en el siglo XVIII. 
Una de las primeras fichas utilizadas tras las experiencias de Ayllon y Azrin y su "economía de fichas". De https://behavior.org/historians-corner/the-token/

Ficha del Hospital Montrose (Escocia) de 1799. Archivo Rare Coins and Tokens. De https://rarecoinsandtokens.co.uk/index.php?main_page=product_info&products_id=380


Más allá del beneficio derivado de ordenar el consumo interno y, como veremos, proteger el dinero de bolsillo de los enfermos, el “negocio” de acuñar una moneda propia también puede ser redondo. No solo no se paga con “dinero” que pudiera gastarse fuera del hospital, si no que se garantiza su consumo dentro del perímetro institucional, lo que generará un beneficio añadido.

Para aquellos más ahorradores, la institución también se ofrecía a cuidar de su dinero, pero no en cuentas comerciales públicas que pudieran devengar intereses eventualmente, si no en depósitos internos con apuntes manuales en cuadernillos y, menos frecuentemente, de forma mecanizada en años posteriores. Teniendo en cuenta que generalmente los pacientes permanecían ingresados incluso décadas, muchos trabajando regularmente y sin grandes gastos asociados, es de esperar que al final de su vida tuvieran pequeñas cantidades ahorradas que, sin ser reclamadas por las familias, podemos suponer pasarían a disposición del hospital.

Eso, sin tener en cuenta que más de uno era forzado a “ahorrar” para evitar el derroche del magro sueldo recibido. Así me sorprendí al comprobar en mi primer contacto laboral en un psiquiátrico, donde a pesar de los reducidos sueldos de los pacientes, algunos en tareas muy especializadas, solo una parte de la paga les llegaba como dinero de bolsillo, mientras otra pasaba a la cuenta gestionada por el hospital y una tercera se destinaba “solidariamente” a aquellos otros pacientes que no tenían la suerte de poder trabajar por su estado.

Cartilla del “Banco de los Pacientes” (¿años 70?), Hospital Psiquiátrico de Oviedo, conservada en el Archivo Histórico de Asturias. Cortesía Luis Ángel Sánchez Gómez.

  

Cartilla mecanizada Instituto Pedro Mata (Reus), 1989. Colección personal.


Algunas fichas o jetones psiquiátricos

Pero volviendo al tema del dinero interno, a continuación, os muestro una ficha acuñada en nuestro entorno, y que hace tiempo llegó a mis manos con gran sorpresa por mi parte (puede ser relativamente fácil conseguirlas a través de Internet).

 

Ficha 25 céntimos Hospital Psiquiátrico Sant Boi (Barcelona). Colección personal.


Son 25 céntimos para uso interno, durante la primera década del siglo pasado, en el sanatorio de San Boi (Barcelona) de la orden de San Juan de Dios. Fichas similares se usaron en Ciempozuelos (Madrid) y seguramente también en otros centros, incluso en Cundinamarca (Colombia), aunque sin plena certeza en este cao.


  

Ficha 25 céntimos, Hospital Psiquiátrico de Ciempozuelos (Madrid). Obsérvese la errata en CNEtimos.

Ficha, puesta a la venta en Internet, de 5 céntimos y catalogada como de uso en el hospital de Cundinamarca (Colombia), al cargo de los Hermanos de San Juan de Dios desde 1920.


Un más que inesperado origen de las fichas en los psiquiátricos

Investigando un poco sobre el uso de estos jetones, me sorprendí aún más al leer el principal motivo para su acuñación, que no fue únicamente la simple facilitación del comercio interior, si no ¡evitar que los frailes se vieran tentados con el manejo de moneda de curso legal!.

Así escribía el provincial de la Orden Hospitalaria al prior del Manicomio de Ciempozuelos a finales de 1907:

…Conociendo los inconvenientes de trae consigo el manejo de dinero tanto por parte de los enfermos como de los Hermanos encargados de los mismos, y principalmente, en los enfermos por lo que toca a la seguridad, y en los Hermanos por lo que respecta a la santa pobreza; el Definitorio Provincial, con el fin de evitar dichos inconvenientes acordó, en sesión celebrada el 18 del corriente lo siguiente:

1º Que se haga en esa Casa una emisión de vales monetarios al portador, en número conveniente, que circulará dentro del Establecimiento desde el 1º de Enero de 1908.

6º …queda prohibida la circulación de toda otra moneda, dentro del Establecimiento, entre los enfermos y los hermanos encargados de ellos…
 

7º Los precitados vales no tendrán ningún valor para los dependientes de la Casa ni para las personas de fuera.

Indicaciones que, en 1920, otro provincial remachaba:

1º Para evitar abusos que se han dado en algún tiempo y para conformarnos mejor con el espíritu de pobreza que hemos profesado, mandamos que a ningún Religioso sea lícito tener en depósito dinero perteneciente a enfermos o recibir de las visitas, antes bien, todo debe ser entregado al Hermano Ecónomo quien llevará un libro en el que distintamente haga constar lo que pertenezca a cada asilado.

Igualmente ordenamos a los Hermanos encargados de las oficinas donde los asilados compran alguna cosa, como cocina, despensa, farmacia y ropería, no reciban como precio dinero corriente sino del propio de la Casa, sea de cartón, sea de metal, y todas las semanas han de hacer entrega al mismo Hermano Ecónomo del importe recibido por las ventas hechas durante la semana.

Pero parece ser que los males que así se intentaban evitar con vales y jetones, no eran exclusivos de estos lares, a tenor de algunas referencias encontradas en Internet:

En marzo de 1976, contacté con un caballero de la oficina del State Hospital South para preguntarle sobre la historia de las fichas, de las cuales sólo había unos pocos ejemplares en manos de los coleccionistas en ese momento. Dijo que se utilizaron desde antes de 1950 hasta aproximadamente 1965 de una manera algo análoga a las fichas de prisión, pero con una diferencia importante. Parece que había una serie de asistentes sin escrúpulos (los llamaba "Buggers") que trabajaban en instituciones mentales y engañaban a los pacientes si tenían la oportunidad. Los pacientes que recibían dinero de amigos o familiares o lo ganaban trabajando en el hospital debían depositar el efectivo en la oficina y se les entregaban fichas según fuera necesario. La tienda del hospital vendía dulces, tabaco, etc. tanto a los pacientes como al personal, pero solo se permitían fichas para las compras de los pacientes y el efectivo era el único medio de cambio para los no pacientes. La razón para utilizar fichas y vales en las prisiones es evitar que los reclusos sobornen al personal.


Otras monedas internas en instituciones asistenciales

Aprovechando que hablamos de dinero circulante intramuros, simplemente llamaré la atención sobre otros tipos de instituciones como los sanatorios antituberculosos y leprológicos, con el estigma del contagio asociado.

En este caso no se trataba de cuestiones económicas las que llevaron a diseñar métodos para organizar un sistema interno de comercio, si no de garantizar que las monedas utilizadas no salieran del recinto sanatorial y pudieran transmitir supuestamente la enfermedad.

 
Moneda de un Colón "con hueco", utilizada en el sanatorio antituberculoso Durán para prevenir el contagio, al no tener valor fuera de sus muros. Monedas similares se utilizaron en el lazareto de Las Mercedes. Costa Rica, 1944.




Sin duda son curiosidades que sorprenderán a más de una persona, siendo otro pequeño ejemplo de la velada explotación a la que han sido sometidos muchos pacientes psiquiátricos desde diferentes ámbitos.

Pero no perdamos de vista que, en el día Mundial de la Salud Mental, cuándo de hablamos de “dineros” lo hacemos no con el ánimo de reclamar un poco de calderilla para tabaco o café, si no presupuestos generales más justos dirigidos a la mejor atención asistencial de la enfermedad mental, especialmente la más grave.




BIBLIOGRAFÍA
>>>>>>>>>>>>     Consultar aquí toda la bibliografía citada hasta esta entrada
Plumed Moreno, Calixto. Benito Menni: aportaciones a la salud mental. Archivo Hospitalario. 2015; 13: 210-326. Accesible en https://books.google.es/books?id=p96OCwAAQBAJ&hl
John Mutch. Idaho Insane Asylum Tokens. The E-Sylum. 2015; vol 18, nº 11. Accesible en https://www.coinbooks.org/club_nbs_esylum_v18n11.html#article16
La frase “no se deje meter diez con hueco” nació en el Sanatorio Durán. La Teja. 28 de julio 2018. Accesible en https://www.lateja.cr/nacional/la-frase-no-se-deje-meter-diez-con-hueco-nacio/WV3FOZWUFNBODOXIBNY6VGYJ7Y/story/


-----oOo-----
Descargo de responsabilidad: He utilizado las imágenes sin ánimo de lucro, con un objetivo de investigación y estudio, en el marco del principio de uso razonable - sin embargo, estoy dispuesto a retirarlas en caso de cualquier infracción de las leyes de copyright. Disclaimer: I have used the images in a non for profit, scholarly interest, under the fair use principle - however, I am willing to remove them if there is any infringement of copyright laws.






8 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial trabajo de investigación. Interesantísimo.
Enhorabuena!

Oscar Martínez Azumendi dijo...

¡Gracias por el comentario!
La verdad es que resulta curioso el asunto. Yo no tenía de idea de ello hasta que vi una de esa monedas a la venta en Internet.

Anónimo dijo...

Realmente brillante! Gracias por este interesantísimo trabajo.
El falso dinero , tiene un valor simbólico trascendente …

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Ana Hernández dijo...

Gracias Oscar! Muy apropiada la entrada para estas fechas. Yo vi por primera vez las monedas en Ciempozuelos. En su museo tienen incluso un conjunto de utensilios para acuñar monedas. Y en el Hospital psy de Bétera, no había moneda interna, pero si Banco.

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Hola, Ana.
Gracias a ti por tu aportación, que complementa perfectamente la entrada. Visitar ese museo es una asignatura pendiente.

Víctor dijo...

Grande e interesante. Gracias.

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Gracias a ti, por tu visita y el comentario. Un cordial saludo.