Los edificios abandonados, destacando entre ellos los enormes hospitales psiquiátricos, resultan un sugerente entorno para los denominados exploradores urbanos, algunos de cuyos reportajes fotográficos ya nos hemos ocupado en entradas anteriores, incluidas las dedicadas al anterior manicomio valenciano de Jesús fotografiadas por Carlos Heimann, o estas otras de Toén en Galicia, que me envió hace tiempo Fabiola Irisarri, amiga y entusiasta aficionada a cuestiones historicistas.
Al margen del discutible atractivo de la decrepitud y abandono, a muchas de esas visitas se asocia la sordidez histórica de las instalaciones, muchas veces aderezadas con improbables historias de fantasmagóricas apariciones y estremecedoras psicofonías, resultado del sufrimiento de sus antiguos moradores que allí sobrevive embebido de alguna forma en sus paredes. Una ambientación que fácilmente atrae la morbosidad de un tipo de consumidores aficionados a las emociones fuertes, si bien claramente desprovistas de todo ápice de verosimilitud. Pero, en este caso, el trabajo fotográfico de las autoras, Patricia Gómez y María Jesús González, y su posterior montaje, no puede ser encuadrado en ese denominado movimiento Urbex en su faceta Noir o Dark (explorador urbano de lugares asociados a la muerte o la tragedia) ni, mucho menos, se recrea en la posible sordidez del motivo estudiado.
Titular de un artículo en Bizarre, autodenominada la revista más extremada del mundo, compartiendo espacio con otros duros materiales macabros, escatológicos y pornográficos.
La exposición, que también trasciende el interés documental de los motivos y detalles rescatados de entre el caos de la desolación, se sustenta en dos espacios bien diferenciados, continuación uno del otro. Una primera sala, introductoria al trabajo realizado durante meses, muestra una serie de planos, croquis y otros documentos que contextualizan el proyecto e informan de su desarrollo. Uno de esos documentos, que lo diferencia de otras expediciones furtivas, es precisamente la autorización de la Diputación para entrar al edificio, lo que les permitió estar allí trabajando a lo largo de meses.
Permiso de la Diputación de Valencia para entrar al hospital. Agosto 2017
Alrededor, varios planos y esquemas recogen las diferentes estancias visitadas y donde se ubicaban los más de cien espejos cuidadosamente retirados de su emplazamiento original, no sin antes haber inmortalizado fotográficamente la decadente perspectiva que reflejaban desde su inmóvil emplazamiento.
Ubicación y entorno de cada uno de los espejos recogidos
Pasando a la segunda sala es donde nos encontramos su propuesta reflexiva. A la izquierda, la colección de espejos rescatados de Bétera, mejor y peor conservados, algunos rotos, casi todos con sus bordes deteriorados por la humedad, meticulosamente reubicados, a modo de centelleante rompecabezas. A la derecha, enfrentadas al mosaico de espejos, las impresiones fotográficas de lo que cada uno de ellos reflejaba en su ubicación original. Todo ello dispuesto casi a modo de experimento visual, donde aquello reflejado en un tiempo pretérito vuelve a ser rereflejado en el presente, confrontando esa presencia recreada con otras ausencias, las de aquellas personas que en su día se vieron allí enmarcadas en sus más cotidianos actos de higiene y acicalamiento.
Cita del libro de Maria Clementina Peireira, O espelho do mundo, sobre el manicomio brasileño de Juquery, de donde se inspira el nombre de la esposición: Espill del món - Espejo del mundo.
Durante mi visita, fui yo el que me vi allí reflejado, inmerso en un frío, inquietante mundo impersonal de baldosas y lavabos, que me hizo estremecer por un momento. Ciertamente un sugerente ejercicio reflexivo, en el que supongo cada uno aportará un pequeño granito de su propio imaginario, pero puedo presuponer que un posible objetivo de sus autoras de enfrentarnos a la turbadora presencia de los ahora ausentes, no sé si en un ejercicio de evitación del olvido o de rememoración de la dureza de lo entonces actuado frente a ellos, en mí se provocó plenamente, a la vez de resultar un estimulante juego de discernimiento entre la realidad y la virtualidad.
Reflejos de una época, congelados fotográficamente frente a ellos mismos, como en esa sorprendente serie de imágenes de los espejos infinitos, en los que todos alguna vez hemos intentado colarnos. Un juego que aconsejo realizar en un momento de recogimiento personal, preferiblemente cuando la sala se encuentre lo más solitaria posible, como tuve la suerte de disfrutar en mi visita a solas la mañana previa al Inicio de las Jornadas de Historia de la Psiquiatría que motivaron mi desplazamiento a Valencia, aunque luego tuve la gran suerte de disfrutar de las explicaciones que una de las artistas nos dio a un grupo de asistentes. ¡Todo un lujo!
Vista general de la instalación, y detalles de la visita guiada por María Jesús González.
¡Última hora!
Me llegan noticias de una nueva instalación de Patricia Gómez y Mª Jesús González en el claustro del Centro Cultural La Nau.
Se inaugurará el próximo día 11 de julio, con el título: “Stultifera navis. Los restos del naufragio”, pero me han pedido que no desvele mucho más del proyecto, aunque por lo que sé, creo que sorprenderá.
Quizás una muy buena disculpa para volver a visitar Valencia.
Ahora solo queda recordar que ambas instalaciones permanecerán abiertas en el Centro Cultural La Nau de Valencia hasta el 23 octubre de 2022.
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La serie completa relacionada con las XII Jornadas de la Sección de Historia de la AEN y exposiciones asociadas (Valencia, 2022):
441. La Nave de los locos fondea en Valencia.
442. Fugas de ida y vuelta en el psiquiátrico de Bétera (Valencia).
443. Espill del món. Un centenar de espejos donde reflejarnos.
444. El libret de falla perdido y hallado en el psiquiátrico.
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BIBLIOGRAFÍA.
Patricia Gómez y María Jesús González. Espill del mon. Restes del naufragi. Universitat de València. 2022.
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2 comentarios:
¡Muchas gracias, Óscar, por este precioso y sugerente reportaje!
Gracias a ti, Kepa. Por la amabilidad de la visita y, sobre todo, por animarme la mañana con tu comentario. Me alegra que te guste y tienes razón en lo de "sugerente"
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