De igual manera que la enfermedad mental se ha confundido o asociado desde tiempos inmemoriales a la brujería o lo sobrenatural, la asociación entre personas ingresadas en instituciones psiquiátricas y posesiones y fenómenos paranormales no es infrecuente todavía hoy, De hecho, una de las entradas de esta pequeña y sorprendente serie sobre bulos y mentiras interesadas la iniciamos con una imagen que apuntaba a un fenómeno de ese tipo, la supuesta levitación de un grupo de mujeres en un hospital psiquiátrico.
En ese contexto, la historia de hoy se inicia con unos prometedores titulares cazados en un par de subastas de Internet, hace ya unos cuantos años, que se anunciaban de la siguiente manera desde Estados Unidos: "Algo asombroso: fotografías de un manicomio en Bavaria, en Alemania del sur". Y, como no podía ser de otra manera, no pude dejar la ocasión de pujar por ellas. Tuve la suerte de ganarlas (bueno, mejor diré que fui el único pujador), para poco después recibir puntualmente en mi domicilio un buen lote de fotografías, acompañadas de un flamante certificado.
Dicho certificado, de largo y farragoso texto, se inicia con una introducción en la que se asocia la psicosis con la posesión demoníaca, ni más ni menos, y cuando menos como fruto de la actividad delirante. Pero no convencido plenamente de esa simple explicación psicopatológica, el vendedor y certificante se pregunta cómo podría entonces explicarse la manifestación física del diablo y, aún más, el retorno de los pacientes poseídos en forma de fantasmas. Por ello, nos anima a seguir leyendo para explicarnos seguidamente que las imágenes certificadas provenían de la colección de un psiquiatra retirado que durante años las guardó por una extraña razón. Se trataba de fotografías de los historiales de alguno de sus pacientes que habían sido poseídos, por lo que aseguraba que las propias imágenes conservaban esa maléfica cualidad, deparando los más extraños fenómenos allí por donde habían pasado, incluido el propio hospital que desapareció en un terrible incendio. Rescatadas de su destrucción, fueron trasladadas luego a la biblioteca local donde, uno a uno, todos sus trabajadores fueron muriendo de gripe (¡terrible coincidencia en estos tiempos de la COVID-19!). Por algún misterioso azar, las fotos fueron luego olvidadas en la estación del tren, para desgracia del desafortunado maletero que las recogió para fallecer seguidamente de un infarto. Finalmente, las instantáneas volvieron a manos del psiquiatra y parecería que sus poderes paranormales perdieron entonces su maligno encantamiento.
Termina el certificado previniéndome que tratándose de los pacientes más afectados demoníacamente del manicomio, no descartaba la posibilidad de poltergeist u otros inquietantes fenómenos, de los que no se hacía responsable el vendedor, si las conservaba en mi colección paranormal (no sé porqué daba por supuesto que tenía yo dicha afición), algo que no me dejó un buen cuerpo de entrada. Así que devolví todo a su embalaje original y lo sepulté bajo otra montaña de papeles e imágenes, esperando no despertar los malos hados. La verdad es que tampoco hice yo mucho por conjurarlos, ni se me ocurrió encender las velas e incienso que me sugería el propio certificado para convocar a los espíritus a comunicarse conmigo, todo hay que decirlo.
Y ahí quedaron las fotos y el certificado, durante 8 años, hasta que hoy me he acordado del asunto de la credibilidad de algunas fotos y noticias y la oportunidad de la certificación de su veracidad u origen.
Certificado de las fotografías de "pacientes psiquiátricos poseídos de un manicomio del sur de Bavaria". Para poder leerlo más cómodamente, hacer click con el botón derecho sobre la imagen y seleccionar "Abrir imagen en una pestaña nueva".
Recorte del texto del certificado. Para poder leerlo más cómodamente, hacer click con el botón derecho sobre la imagen y seleccionar "Abrir imagen en una pestaña nueva".
Ahora tengo el placer de compartir las imágenes de la subasta, con la esperanza de que los anunciados poltergeist u otros fenómenos del inframundo no vengan a turbar la existencia de nadie. La verdad es que el aspecto de las personas retratadas no parecen presagiar nada malo, sino todo lo contrario.
Ahora, una vez vistas las fotografías, podemos acordar que ni parecen tomadas en una institución psiquiátrica, ni ser pacientes institucionalizados ni poseídos por ninguna fuerza maléfica, si no más bien haber sido utilizadas como parte de un cuento chino inventado por un estafador que quiso aprovechar la leyenda negra asociada a la enfermedad mental, abusando doblemente de la ingenuidad del potencial comprador como de la imagen social de los propios enfermos mentales, por no decir nada de los felices protagonistas de las imágenes.
Así que, en cuestiones de verdad o mentira a la hora de valorar un posible bulo o falsa noticia, hemos de concluir que tampoco la existencia de un certificado parece ser garantía de que no nos la estén dando con queso. Algo que tampoco nos sorprende, pero que en este caso además importa tan poco al tramposo embaucador que incluso se certifica de manera totalmente errónea que las fotografías subastadas son de 8 personas.
Y ya, por terminar, como supongo habrá más de una persona preguntándose por la cantidad que pude llegar a pagar por tamaña tontería, aclararé que no fue mucho, y lo doy por bien empleado a pesar del flagrante timo al que fui sometido por parte del vendedor. Mereció la pena aunque solo sea por dar pie a esta entrada y engrosar mi colección de inesperadas psiquifotos.
Factura de compra de los dos lotes de fotografías subastados. Los títulos descriptivos no tienen desperdicio.
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La serie completa relacionada con los bulos y noticias falsas:
386. Bulos y noticias falsas, o simplemente mentiras interesadas. A propósito de un caso.
391. A la caza de bulos y falsas psiquifotos.
393. De bulo a tacataca, y tiro porque me toca.
394. El niñito encajonadito ¿fin del folletín?
395. La casetita de consejo psiquiátrico. Una psiquifoto certificada.
396. Las fotos de los pacientes bávaros poseídos. Un certificado embaucador.
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Descargo de responsabilidad: He utilizado las imágenes sin ánimo de lucro, con un objetivo de investigación y estudio, en el marco del principio de uso razonable - sin embargo, estoy dispuesto a retirarlas en caso de cualquier infracción de las leyes de copyright. Disclaimer: I have used the images in a non for profit, scholarly interest, under the fair use principle - however, I am willing to remove them if there is any infringement of copyright laws.
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