La foto a la que me refiero es la del niño encajonado, que explicaba entonces me había enviado mi colega Manuel González de Chávez, entre otras sorprendentes e inquietantes imágenes. Eran fotografías tomadas de Internet, que quien las publicó decía eran originarias de diversos manicomios, si bien muchas de ellas falsamente atribuidas, en el caso de nuestro chiquillo ubicándolo en cierto manicomio de Cuenca en 1961.
Cuenca. Foto © Christer Strömholm, 1963
Dudando de la autenticidad de la interpretación de la imagen, muy poco después de publicar la entrada, un comentario firmado por Kepa, polifacético colega profesional y bloguero, aficionado a la historia y a la montaña, apuntaba a otra posible interpretación. Asoció la imagen a un tacataca de época que borrosamente recordaba haber visto en un museo rural. Era una pista, que horas después Sonia, otra incombustible psiquifotera, reforzaba enviándome la siguiente imagen.
Realmente no sabría decir si los dos artefactos fueron diseñados con la misma utilidad, pero sin lugar a dudas la imagen de la criaturita encestada me llamaba poderosamente la atención. A partir de ahí, con la ayuda de Sonia y el apoyo inestimable de Mr. Google, me entero de que estos cachivaches, principalmente elaborados de mimbre, supongo que por ligereza y economía, fueron muy populares desde hace ya mucho tiempo, precursores de los tacataca modernos.
Y ahí van ahora unos ejemplos cazados al vuelo por aquí y por allí...
Tacataca, 1957. Archivo fotográfico de la Comunidad de Madrid.
Un galego na andadeira (Pinterest).
Andador... Pollera... Así aprendían a caminar los niños. El niño Jesús B. aprendiendo a andar, años 50 (Pinterest).
Curiosos accesorios conocidos con diferentes y variados nombres, tales como Castillo, Varas, Castillejo, Castillete, Andador, Pollera , Tacatá, Tacataca o Tirantes, que han sido construidos en los más diversos materiales: madera, mimbre, caña, pasamanería y en el último siglo, metal y plástico, algunos con ruedecitas, otros sin ellas. Así nos lo explica un interesante artículo publicado precisamente por un museo rural, (¿quizás aquel que borrosamente recordaba Kepa?). El museo al que me refiero es el histórico etnográfico de Terque (Almería), un sorprendente municipio, de solo 456 habitantes, que ha llegado a ser conocido como "el pueblo de los museos", ya que en él podemos encontrar ni más ni menos que cinco de ellos. Pero no nos desviemos de por donde andábamos y sigamos, no sin dejar de recomendar la lectura del breve artículo citado, en el que se se recogen algunas otras imágenes de interesantes artilugios y otras curiosidades.
Volviendo a los andadores de época, es previsible que los más populares fueran construidos de mimbre, arbusto de ramas delgadas y flexibles, base de una artesanía que llegó a dar trabajo a pueblos enteros, ocupados bien en su cultivo y proceso, bien en la elaboración de los más dispares objetos de uso cotidiano.
Tejedores de mimbre. Villoruela (Salamanca). A la derecha construyendo un andador (La Nueva Crónica)
Objetos entre los que se encontraban también los juguetes, como los de la imagen, testimonio igualmente de la popularidad de aquellos andadores, que en este caso se construyeron a escala reducida para jugar con las muñecas.
Cuna (9 cm. ancho x 11 cm. alto) y tacataca (4 cm. diámetro x 9 cm. alto). Elche, 1950-60 (Todocolección).
Y llegados a este punto, aparte de la asociación que hemos hecho con la foto del niño encajonadito, ¿qué tiene que ver todo esto con la razón de ser de Psiquifotos? ¿qué relación tienen estas imágenes con el objetivo explícito del blog de "profundizar en las diferentes áreas de intersección entre fotografía y psiquiatría"? Pues eso me andaba yo preguntando, mientras iba dando forma a la entrada, ¿en qué jardín me había metido?, hasta que me vino a la cabeza la solución más simple, relacionándola además con una de las facetas de la psiquiatría todavía necesitada de reconocimiento como especialidad diferenciada, la psiquiatría infantil.
Y con esta idea, de uno de los libros de psiquiatría general que conservo, del capítulo dedicado al desarrollo humano a lo largo del ciclo vital, entresaco la siguiente tabla que subrayé en su día, donde se recogen los principales hitos del desarrollo psicomotor en el niño, entre ellos la bipedestación y primeros pasos, precisamente la época donde nuestros tacataca tendrían toda su utilidad.
Y con esto ya puedo cerrar la entrada doblemente satisfecho. Por una parte habiendo profundizado un poco más en las pistas aportadas por los comentarios al niñito encajonado. Por otra, habiendo encontrado razón suficiente para encuadrar las imágenes como auténticas psiquifotos por derecho propio.
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La serie completa relacionada con los bulos, noticias falsas y mentiras "psiquifoteras":
386. Bulos y noticias falsas, o simplemente mentiras interesadas. A propósito de un caso.
391. A la caza de bulos y falsas psiquifotos.
393. De bulo a tacataca, y tiro porque me toca.
394. El niñito encajonadito ¿fin del folletín?
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BIBLIOGRAFÍA.
Anda niño anda... que Dios te lo manda. Museos de Terque. Apología radical de las cosas viejas. nº 132, febrero 2017. Accesible en https://www.museodeterque.com/pdf/boletines/132.pdf
Ical. Un oficio con mimbres. La Nueva Crónica. Diario Leonés de Información General. 27 agosto 2016. Accesible en https://www.lanuevacronica.com/un-oficio-con-mimbres.
Kaplan, Harold I. Sadock, Benjamin J. Sinopsis de Psiquiatría. Ciencias de la Conducta. Psiquiatría Clínica. 8ª edición. Ed. Médica Panamericana. Madrid, 1999.
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7 comentarios:
¡Gracias duplicadas, Oscar!
¡Por seguir la pista de aquella duda, y por compartirla!
Un abrazo.
Kepa
¡Gracias a ti por dar la pista!
A ver qué otras más podemos seguir.
Verdaderamente el niño encajonado cuesta pensarlo en un manicomio, por edad y por aspecto. Los tacataca de mimbre resultan familiares en los años 50 y aún 60. Una entrada evocadora, estimulante e instructiva, como tantas otras.
¡gracias por la visita y el comentario! A mi me entretuvo, y disfruté mucho con el descubrimiento de los cachivaches esos.
¿A qué no se imaginan qué es el tacataca en Chile? Muy lejos de este objeto de mimbre. El taca taca (sustantivo separado o junto) es el futbolito, futbolín, metegol, es decir, fútbol de mesa. Interesante, ¿No?
¡Gracias Úrsula!
Ya lo creo que interesante el comentario. Y qué buenos recuerdos me traen aquellas disputadas partidas de tacacata en mi juventud. Nosotros, por este lado del oceano, le llamamos futbolín, y eran muy, muy populares hace años.
Gracias por tu respuesta. Te dejo un abrazo fuerte.
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