Arriquíbar o Arrikibar es una céntrica plazoleta de Bilbao, uno de cuyos cuadrantes está delimitado por el edificio de la Alhóndiga, el antiguo almacén de vinos de la villa, obra del arquitecto Bastida. Recientemente el señero edificio, durante años sin más uso que el de parking provisional, ha sido, por fin, remodelado, dando paso a un centro cultural y deportivo la mar de vistoso. En su diseño final, el antiguo almacén se ha integrado en el entrono formando un conjunto urbanístico que crea una continuidad entre a plaza y la Alhóndiga.
Pero la plaza es también (o tal vez habría que decir sobre todo) famosa por la llamada “Loca de Arrikibar”, la mujer que incansable hacía punto apostada en uno de sus bancos mientras esperaba, tocada con un turbante verde o con sombreros verdaderamente llamativos, las atenciones de un comerciante de la zona. Porque nuestra txirene estaba enamorada de un tendero, tenía lo que en su momento me describió el profesor de Psiquiatría como una erotomanía de Clérambault. Cuentan que aquella mujer, de nombre desconocido, se sentaba a diario frente al comercio de su amado. A veces tejía, a veces lloraba, pero siempre esperaba. Su historia inspiró una canción escrita por José Luis Perales para Mocedades, en la que se glosaba la historia de una mujer que enloqueció por amor, a la que unos hombres vestidos de blanco se llevaron un día.
Aunque en el estribillo de la canción la letra dice que los muchachos del barrio le llamaban loca, cuenta un residente de la zona que, más respetuosos y conocedores del caso, le llamaban "la enamorada". Sea como fuere, al menos en lo que a repercusión musical se refiere, sin duda nuestra desconocida enamorada es la txirene más universal.
Hace unos 20 años la actriz Lola Herrera posó, a instancias de Antxon Urrusolo en un banco de la plaza recreando a la Loca de Arrikibar. La fotografía es la base de la ilustración sobre el personaje que se incluye en la muestra “De Bilbao de toda la vida”, del ilustrador Tomás Ondarra y el periodista Jon Uriarte, que recoge y comenta alguno de los elementos que convierten a Bilbao en una ciudad tan peculiar y especial (entre otros, el pastel de arroz, la baldosa bilbaina, los azulitos, la grúa Carola, el vaso de txikito, o el Athletic). La colección se expuso del 2 de diciembre al 8 de enero en Atrio de las Culturas, precisamente de la Alhóndiga, a tiro de piedra del banco que ocupó durante años, paciente y enamorada, la Loca de Arrikibar.
Plaza de Arrikibar desde el atrio de la Alhóndiga
Visión añeja de la Plaza de Arrikibar
Plaza de Arrikibar y la Alhóndiga
J.M.
Aprovecho ahora para incluir un texto que Iñaki Markez, otro buen amigo y compañero de faenas, me ha hecho llegar animado por la lectura de las entradas anteriores y desconociendo si el personaje de hoy sería protagonista de alguna entrada psiquifotera.
Un escrito a la alcaldía de Bilbao podría ser algo así: Señor Alcalde, ahora, que salimos de épocas violentas y estamos en otras quizá más sangrantes por las dificultades económicas aunque lo vivamos diferente, me gustaría que en la plaza Arrikibar se hiciese un monumento al amor, esas letras de amor que lucieron algunas calles de Bilbao como afectiva manifestación al aire libre, una de esas tendría que haberse ubicado en esa plaza pues ahí se vivió la historia más bella y a la vez más triste de lo que es el verdadero amor, y se merece un monumento, esa dama bilbaína que murió de amor y que la llamaban la loca se lo merece. !La loca de Arrikibar!
La famosa "loca de los sombreros” se había vuelto loca por amor. Un elemento que nunca puede faltar en las canciones de locas, es el de la gente que murmura, la de los habitantes del pueblo que susurran al pasar e incluso se ríen de la pobre infeliz. Letras como las de Mocedades en su canción de la loca y que recorrieron casi todo el mundo sí que merecen un gran recuerdo para la posteridad, y que lo sepan las nuevas generaciones que tan bella historia se vivió durante muchos años en esa plaza.
Incluso podéis comprobar cómo esta loca de Mocedades, al igual que la Penélope de Serrat, estaba sentada en un banco. Que no sé yo qué querrá decir esto, porque ya puestos, podrían ponerla yendo de compras, saliendo o, no sé, viajando. Loca, pero un poco más liberal, vaya. La loca de las canciones siempre se sienta en un banco o se queda como catatónica en el mismo sitio tirada.
I.M.
----------------------------------------------------------------------------
La serie completa relacionada con los chirenes:
218. De chirenes y vagabundos.
219. “Cabesita de Ajo”.
220. Chirenes clásicos de Bilbao.
222. La loca de Arrikibar.
223. Txomin.
227. A., el clochard del Sagrado Corazón.
228. Madriles.
230. Una “bag lady” chirene.
268. Psiquiatría comunitaria prístina: La vendedora de responsos.
----------------------------------------------------------------------------
-----oOo-----
Descargo de responsabilidad: He utilizado las imágenes sin ánimo de lucro, con un objetivo de investigación y estudio, en el marco del principio de uso razonable - sin embargo, estoy dispuesto a retirarlas en caso de cualquier infracción de las leyes de copyright.
Disclaimer: I have used the images in a non for profit, scholarly interest, under the fair use principle - however, I am willing to remove them if there is any infringement of copyright laws.
11 comentarios:
wow, interesante historia, no se si los hombres por sus características diferentes a nosotras sean igual de sensibles, pero si puedo entender el que una mujer pueda enloquecer de amor en el sentido estricto de la palabra, sin duda alguna, alguna historia muy triste debió de tener con un final igual de trágico... gracias por compartir
No sabía que esa canción estaba inspirada en ella :)
genial Oscar que nos sigas ilustrando estas bonitas historias.... con la de veces que yo he tarareado..esa canción....ahora aún se hace más entrañable conociendo la protagonista...
gracias
Genial.. reescuchar la can´ción
Olga
Que triste historia, como puede el amor llevar una persona hasta la muerte, he escuchado toda esa historia, y mi corazón llora de tristeza, por todo que ha sufrido esta señora.
La conocí, todas las tardes la veíamos sentada en el mismo banco, con su sombrero y haciendo su punto, frente a la panadería d su amor.
Acudimos al concierto de despedida de Mocedades 2016 en Monterrey y ahí la cantaron y platicaron esta historia de la bella canción de JL PERALES...hermosa historia..Daniel Rios Lozano
La llamábamos la "chibirchi", o "la loca de Arriquibar". Era tan conocida que decían que si mandabas una carta desde cualquier sitio a la dirección "La plaza de la Loca" en lugar de "Plaza de Arriquibar", llegaba sin problemas.
La "chibirchi" no se parecía nada a la imagen que da Lola Herrera en esta foto. Ella siempre se mantenía seria, nunca sonriente, y menos aún riendo a carcajadas. Vestía también seria, y creo que con una toquilla de punto, y sus sombreros eran también de punto que ella misma tejía, parecidos a los de cocinero, pero más bajos.
Al final, en 1980 u ochenta y poco, no sé por qué, cambió de lugar y durante un tiempo se estuvo sentando en uno de los bancos de piedra junto a la antigua cafetería Támesis, en la zona ajardinada de Estraunza, en Rodriguez Arias. Estuvo poco tiempo, y nunca más se la vió.
Esta dama a la que conoci siendo yo muy
miña se llamaba Mercedes y años antes de enloquecer de amor trabajo en la fabrica del Vermut Martini Rosi que estaba ubicado en Alda de Urquijo 28 .
La plaza de Arriquibar era un punto de reunión y juegos. Éramos alumnos del colegio Santiago Apóstol y , cómo no!la conocíamos. Éramos los injustos y tristemente " niños del barrio"
La recuerdo, pero no tenía nada que ver con la foto, no reía, siempre cabizbaja, tejiendo. Y la plaza de Arrikibar no fue integrada en la remodelación de la Alhóndiga. Ya no hay plaza.
Esta es la historia verdadera de la canción.
https://edition.cnn.com/videos/spanish/2016/11/08/cnnee-camilo-intvw-jose-luis-perales-libro-musica-criticas.cnn
Publicar un comentario