lunes, 3 de octubre de 2011

199. ¿Quiénes somos? 3) Thin.

Con esta entrada cerramos la trilogía fotográfica que proponíamos bajo el interrogante de ¿Quiénes somos?

¿Somos un cuerpo?, ¿una mente?, ¿un cuerpo vestido?, ¿un cuerpo investido?, ¿Y el cuerpo sin la mente…? El libro del que nos ocuparemos hoy, junto a un video sobre el mismo tema, aborda el inquietante problema de la anorexia nerviosa, síndrome de importantes condicionantes culturales, especialmente sorprendente por la negación o incapacidad de la persona para reconocer la realidad física y corporal (y consiguientes riesgos asociados para la salud) a la que puede llegar con el ayuno prolongado u otras técnicas compensatorias.

El libro y otro material acompañante sobre el mismo tema (DVD), además del indiscutible carácter documental del trabajo, tienen un claro interés pedagógico, ofertándose como materiales utilizables en charlas o talleres de carácter preventivo. La autora, Lauren Greenfield así nos lo propone en su página web.

Irantzu González nos explica todo ello en mayor detalle.


Lauren Greenfield se graduó de Harvard en 1987 y comenzó su carrera como pasante de National Geographic. Actualmente vive en California con su esposo y sus dos hijos.

Desde 1991, sus fotografías se han publicado regularmente en revistas como New York Times Magazine, Time, Vanity Fair, People, National Geographic, The New Yorker, ELLE, Marie Claire, The Guardian, Times Magazine… y se encuentran expuestas en muchas colecciones importantes, sobre todo en Estados Unidos.



Ha recibido numerosos premios, incluyendo el del Centro Internacional de Fotografía de Infinity Award, el subsidio de Hasselblad, el Premio a la concienciación de la Comunidad de la Asociación de Fotógrafos de Prensa Nacional, y el premio del público de Moscú Bienal de elección, y es considerada una eminente cronista de la cultura juvenil como resultado de sus proyectos y su rápido avance. Fue nombrada en el 2003 por la American Photo una de los 25 fotógrafos más influyentes del momento.




El primer largometraje documental de Greenfield, Thin, salió al aire acompañándose del libro que hoy vemos.

El documental se estrenó en el Festival de Cine de Sundance en 2006 y fue nominado a un Emmy por Mejor Dirección en 2007. Ganó el Premio Grierson al Mejor Documental en el Festival de Cine de Londres, y los Grandes Premios del Jurado en el Festival de Cine Independiente de Boston, la Newport Festival Internacional de Cine y el Festival de Cine de Jackson Hole. El proyecto fue presentado en The Today Show, Good Morning America, Nightline, y la CNN y un extracto en la revista People. El libro de “Thin” fue honrado por el Premio Internacional de Fotografía 2007.




Creo que no hay mejor forma de conocer el trabajo que con las palabras que la autora dedica en la introducción:

"Todas las chicas se ven afectadas por el deseo de estar delgadas. En los Estados Unidos, crecemos con la sensación de que nuestros cuerpos son una expresión de nuestro yo interior. Ser delgada es ser bella, disciplinada, e incluso moral. La grasa es sinónimo de pereza, dejadez, una falta de respeto por uno mismo, y una deficiencia de auto-control.



Los trastornos alimenticios afectan hoy a una de cada siete mujeres estadounidenses y se han convertido en una epidemia de salud mental.




La realización de Thin fue una continuación de mi década de exploración de la imagen y la forma del cuerpo femenino y de cómo se ha convertido en una expresión primaria de la identidad de las niñas y las mujeres. Pasé cinco años fotografiando y entrevistando a las niñas y mujeres de todo el país para un libro y una exposición llamados Girl Culture, trabajo en el que exploré la forma en que el cuerpo es un medio para que las niñas expresen sus identidades, ambiciones, inseguridades y luchas.




Yo estaba interesada en el hecho de que las niñas aprenden desde muy temprana edad que el poder de una mujer proviene de su cuerpo y su pantalla. La forma en que las chicas presentan, decoran, revelan, y manejan su cuerpo es un reflejo de los mensajes contradictorios de la sociedad y las expectativas de las mujeres.





Empecé Thin con un interés en la manifestación más patológica y exagerada del "Proyecto de cuerpo" que involucra a la mayoría de nosotros en algún grado menor. Los trastornos de la alimentación parecían un cuento con moraleja acerca de énfasis físico enfermizo en nuestra sociedad y las relaciones implícitas entre nuestros atributos internos y externos. He sido una persona a dieta crónica, sobre todo durante mi adolescencia, y puede relacionarse con la obsesión por las calorías y el contenido nutricional.





He hecho dieta estricta, ejercicio religioso, comido en exceso emocional, e incluso traté de purgarme un par de veces con poco éxito. Y, sin embargo, a pesar de estos antecedentes, era ignorante de la verdadera naturaleza de los trastornos alimentarios y de lo difícil que es vencerlos.





Mientras que el viaje Girl Culture fue muy personal para mí, inspirado por mi propia imagen corporal, problemas y recuerdos de la infancia, Thin fue un paso hacia lo desconocido. A pesar de que comenzó con un punto de partida el proyecto familiar de cuerpo, descendió rápidamente al corazón de las tinieblas de la enfermedad mental. Las mujeres de la película y el libro me ayudaron a navegar por los lugares más profundos y difíciles que jamás he conocido de primera mano.





El libro me permitió dar testimonio de su lucha y el documento de la enfermedad y sus daños. Llegué a entender que la enfermedad mental está muy lejos del mundo de la cultura popular, la vanidad, el materialismo, y problemas de autoestima que han sido las preocupaciones temáticas de mi trabajo anterior. En todo caso, las similitudes superficiales que los trastornos alimentarios tienen que hacer dieta tradicional han dado lugar a un malentendido que sufren las familias, medios de comunicación, compañías de seguros…





La primera vez que visité el Centro Renfrew en el sur de Florida, uno de los centros residenciales más conocidos para el tratamiento de trastornos de la alimentación, fue en 1997. Volví allí de nuevo para “Girl Culture”. Como fotógrafa he encontrado un lugar difícil pero atractivo para trabajar. Las historias de las mujeres eran increíbles y la atmósfera cruda y honesta. Las cosas que me han bloqueado como fotógrafa han sido la repetición de los rituales cotidianos, la naturaleza de claustrofóbica de la vida institucional, la paleta monocromática de color fluorescente…




La única cuestión pendiente era la del acceso. Que fuera una planta de tratamiento me daba lo que necesitaba para contar esta historia, y buscaba ser capaz de ganar la confianza y la franqueza de una población que tiene profundos problemas de confianza, una imagen corporal debilitada (que podría ser más activa con el presencia de una cámara).





El Centro Renfrew nunca vaciló en su cooperación o entusiasmo por el proyecto. Ellos entendieron mi necesidad de la independencia periodística libre de influencia editorial o condiciones. El personal me enseñó acerca de la enfermedad y la vida cotidiana dentro de la institución y me guió para ganar la confianza de los residentes, cada uno de los cuales podrían elegir si desea o no participar.





Los residentes subieron a bordo poco a poco y de manera impredecible, a veces con entusiasmo, a veces con dudas o temor, y en el mejor de los casos, la apertura inesperada y la asociación. Mi trabajo con ellas fue un baile intenso pero fluido.





Por razones prácticas y éticas, los sujetos fueron mis colaboradores, y cuando había obstáculos, bloqueos de carreteras, preguntas, dudas, teníamos que trabajar juntos para avanzar. Fue una situación difícil para una documentalista, ya que esta dinámica me obligó a permanecer abierta y vulnerable a los estados de ánimo de los residentes, los problemas y los cambios de la mente y el corazón.




Una vez a bordo, las mujeres eran increíblemente generosas y honestas con sus historias y sus vidas. Su imagen corporal, las luchas y la enfermedad eran tan profundas que todo lo abarcaban. Las mujeres entiendieron la importancia de estar documentando la enfermedad en sus máximos y sus mínimos de mostrar la realidad y la devastación que provoca. Trabajamos a través de estas subidas y bajadas de una forma prolongada, íntima, hasta que empezaron a referirse a mí como parte de la tripulación en lugar de una cámara, o “los medios”.





Las mujeres en estas fotografías son increíblemente valientes para compartir sus historias y los detalles íntimos de sus luchas particulares con una enfermedad trágica. Los trastornos alimentarios son alimentados por secretos y mentiras. Estas mujeres decidieron ser honestas con la cámara y conmigo, pensando que ello podría ayudar, cambiar algo para ellas y para los demás.





Me siento honrada por su valentía, confianza y colaboración, y les dedico este libro a ellas
".





He visto varias veces el libro y el documental (el cual recomiendo encarecidamente), y la verdad es que me han impactado. Sobre todo, me parece que el enfoque, tanto de la patología como del hecho de que es parte de una vida, de algo dinámico y en constante movimiento, está muy lejos del habitual en los medios de comunicación.





Estamos acostumbrados a ver en la televisión fotos morbosas de cuerpos desnutridos, las conductas que provoca el trastorno. Cuando he visto otros documentales, me ha parecido que la imagen que daban era la de la anorexia, no la de la persona que la sufre. Supongo que es parte de la filosofía de comunicación mayoritaria de hoy en día.





Sin embargo, tanto las fotografías como el vídeo giran en torno a las personas. Muestra sus momentos buenos y malos, y enseña perfectamente que, bajo el trastorno, se esconden otros muchos problemas. Que la comida y el cuerpo son el espejo de algo más profundo.





Muestra desesperación y esperanza en la misma persona. Muestra la recuperación y la recaída, y la posibilidad de volver a estar bien. Sigue los altibajos de las chicas. Muestra la REALIDAD: hijos, parejas, momentos de diversión, madres, aficiones, trabajo, lucha, llantos, pasado, relaciones… a través también de trozos de sus diarios, de sus escritos, y narrando sus historias.




En definitiva, es el primer trabajo que veo sobre la anorexia que me ha sorprendido de forma agradable, que recomiendo encarecidamente tanto a profesionales como a cualquier persona que quiera acercarse a conocer este trastorno.

I. G. Ll.






BIBLIOGRAFIA.



Greenfield, L. Thin. Chronicle Books, 2006.





Greenfield, L. Thin (DVD). HBO Home Video, 2006 (102 m.).














-----oOo-----





Descargo de responsabilidad: He utilizado las imágenes sin ánimo de lucro, con un objetivo de investigación y estudio, en el marco del principio de uso razonable - sin embargo, estoy dispuesto a retirarlas en caso de cualquier infracción de las leyes de copyright.
Disclaimer: I have used the images in a non for profit, scholarly interest, under the fair use principle - however, I am willing to remove them if there is any infringement of copyright laws.

2 comentarios:

patipau dijo...

¡¡Qué interesante!!
Muchas gracias una vez más. ¿Alguien sabe si el documental está doblado o con subtítulos en español?
Hasta ahora sólo he encontrado el documental original.
Gracias, un saludo.
Patricia

Anónimo dijo...

Edya disponible en YouTube dobla en español