77. Las series de postales numeradas.

Me ha sorprendido conocer que una moda popular a finales del S. XIX fueron unas series numeradas de postales satíricas o humorísticas. Estas series, parecidas a la del “Amante desdeñado” que publicamos tiempo atrás, contaban en imágenes apoyadas de un breve texto una pequeña historieta humorística o moralizante. Publicadas como tarjetas postales, se enviaban de una en una al mismo destinatario en un corto periodo de tiempo. Así, llegaban al receptor en orden progresivo, lo que le permitía a este reconstruir poco a poco la historieta o mensaje que las imágenes relataban, a la vez que se mantenía durante un tiempo su curiosidad hasta la llegada de la última postal. Como vemos, nuestros abuelos ya tenían sus pequeñas y curiosas manías para hacerse presentes en la distancia por el simple gusto de hacerlo, mucho antes de los SMS y los envíos de tonterías diversas a través del correo electrónico.

Algunas de esas colecciones seriadas, construidas a modo de tira humorística de TBO, tenían temas cercanos al campo de nuestro interés profesional.






Un ejemplo de estas series de postales. Su tema un bebedor de absenta y alguno de los riesgos asociados. Tomado del Museo virtual de la Absenta.

Diseñadas con un objetivo principalmente burlesco, no podemos descartar sin embargo un objetivo didáctico y preventivo del alcoholismo (u otros hábitos que preocupaban socialmente en la época) en muchas de esas colecciones. Un propósito que es precisamente el que busca la siguiente serie, dirigida a llamar la atención sobre las graves consecuencias de la intemperancia alcohólica, incluida la destrucción de la vida familiar, visiones, crisis epilépticas, Delirium Tremens e incluso la muerte. Sin duda una finalidad preventiva muy acorde a las corrientes higienistas y de medicina social del momento.









Pero como no podía ser menos, también había quienes no se dejaban intimidar por tan negros y apocalípticos presagios y preferían combatir con sus propias armas a los movimientos por la temperancia. Un ejemplo, el de estos tranviarios marselleses que se retrataron remedando de forma irónica, vaya usted a saber porqué, a la ¡Liga antialcohólica catalana!.



Aunque alguien perspicaz ya se habrá dado cuenta de que es un burdo montaje, ¡no están brindando con cava!, sino con la ya bien conocida absenta.




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