Esta semana tiene lugar en Cádiz el XXIV Congreso de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN). Es una ocasión que “Imágenes de la psiquiatría” no podía dejar pasar sin que le dedicara una entrada. Fermín Pérez y el resto del Comité Organizador se lo vienen ganando a pulso desde hace 3 años. Llevaba pensando durante unos días sobre lo que podría incluir en esta entrada, aunque para mi desesperación no encontraba nada especial.
Como suele suceder otras muchas veces, de repente me di cuenta de que la solución había estado desde hace tiempo “delante de mis narices” (y en seguida veremos que lo de “delante de las narices” tiene un significado literal). Recordé que hace unos meses, de visita en Cádiz y acompañado por Fermín, éste me fue relatando las curiosidades históricas y turísticas de la ciudad a lo largo de un agradable paseo. Me explicó que del antiguo manicomio, cercano a la “salada claridad” del mar, no se conservaba nada más que la placa que lucía sobre su puerta: “BENEFICENCIA PROVINCIAL. MANICOMIO”.
¿Qué mejor ocasión para traer a colación una imagen de esa institución? Especialmente si se trata de una curiosa fotografía estereoscópica de principios de siglo. Una pequeña placa positiva de cristal (4,5 x 10,5 cm.) que no sabemos si retrata un coche de caballos, señoritas y parasol incluidos, con el fondo hospitalario, o por el contrario trata de animar la inquietante fachada con el airoso motivo ecuestre. Sea como sea, ahí está la imagen para el recuerdo junto a un par de postales de época de la fachada y capilla de la institución.
Y ya que hablamos de fotografía estereoscópicas no está de más que dediquemos unas líneas (y unas psiquifotos) a las mismas.
La fotografía estereoscópica o en tres dimensiones (3D) intenta reproducir la sensación de profundidad en la imagen, como vemos con la visión estereoscópica natural. Esta impresión se logra mediante dos fotografías tomadas con una ligera separación, correspondiéndose con la visión que se obtendría con cada ojo. Si se miran con un visor adecuado, es cuando se recrea la sensación de profundidad, lo que no se consigue con las fotografías convencionales.
La fotografía tridimensional se desarrolló a partir de 1849, cuando Sir David Brewster diseñó la primera máquina capaz de captar fotografías en relieve y el visor especial para observarlas. Poco después se desarrollaron otros modelos de estereoscopios más manejables, que permitían ver en relieve fotografías estereoscópicas montadas sobre un cartón, observándolas a través de un sencillo visor adecuadamente alineado “delante de las narices”.
El gran desarrollo de este tipo de fotografía, no surgió de su utilidad en el campo de la ciencia (a la que dedicaremos la siguiente entrada), sino en el ámbito doméstico. Fue una de las primeras diversiones caseras asociadas al desarrollo de las técnicas fotográficas, no habiendo familia burguesa que se preciara, sobre todo fuera de nuestras fronteras, que no contara con uno de estos aparatos como divertimento ilustrado en su salón.
Para dar respuesta a la demanda continua de nuevas vistas y motivos, se publicaron ingentes cantidades de estereografías con la más variada temática posible. Primando las colecciones de paisajes y obras artísticas de cualquier parte del globo, no eran tampoco infrecuentes los temas humorísticos o eróticos. Ni que decir tiene que las grandes instituciones manicomiales, que en muchos lugares eran el hito arquitectónico (y muchas veces económico) principal de la comarca, pasaron también a formar parte de esas colecciones, entre bucólicos paisajes, iglesias o calles mayores de la región.
Desafortunadamente, de este tipo de imágenes institucionales en España, junto a la del manicomio de Cádiz (en cristal) sólo tengo otra. Una joyita de los años 1860s, ya un poco desvaída, que recoge el manicomio de Sant Boi de LLobregat, en esta ocasión en albúmina sobre cartón (8,5 x 17 cm.).
Nos tendremos que conformar entonces con algunos otros ejemplos de instituciones del norte de América de la colección de psiquifotos, reflejo posiblemente del mayor auge que la afición tuvo en esos paises, además de los indudables méritos arquitectónicos de los propios edificios.
“Insane Asylum”, St Louis County, Missouri. R. Benecke, Portait and Landscape Photographer (1872).
Cleveland, 1896. Con publicidad en el reverso.
De una colección de 54 vistas de Augusta y alrededores. Al fondo, el manicomio.
Brattleboro, Vermont.
Stockton Insane Asylum (hombres), California.
Concord, New Hampshire Insane Asylum.
Tauton, Massachusetts.
Kalamazoo, Michigan. 1870s. Fotografías de S.C. Baldwin, quien tuvo que ser ingresado en 1900 en esa misma institución tras cuatro intentos de suicidio, falleciendo poco después.
Northampton.
Reno, Nevada.
Utica, New York.
Toronto, Canadá "Lunatic Asylum" (1879). Obsérvense los amplios miradores enrejados de la segunda tarjeta.
¡Qué rápido ha pasado el tiempo desde el anterior Congreso que organizamos hace 3 años en Bilbao! Fue una gran ocasión para el estudio y el encuentro. Esta vez en Cádiz, nos alegramos de que con seguridad superarán lo alcanzado en 2006. ¡Allí nos vemos!
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