Grabado reproducido en el libro
Otras fotografías utilizadas provinieron de la obra del francés Guillaume – Benjamín Duchenne de Boulogne que había estudiado y fotografiado la excitabilidad muscular facial a través de la estimulación con electrodos (que Darwin solicitó fueran eliminados de las imágenes reproducidas en su libro). Pero la obra fotográfica de Duchenne es merecedora en sí misma de una entrada particular y así lo dejaremos para el futuro. Los otros fotógrafos fueron Wallich, Kindermann y Reijlander. Este último aportando 19 de las 30 fotos impresas y del que nos ocuparemos en la próxima entrada.
Reijlander actuando emociones.
Reijlander actuando y estimulación facial con electricidad por Duchenne.
BIBLIOGRAFIA.
Darwin, C. The Expression of Emotion in Man and Animals. Jhon Murray. London, 1872. Accesible aquí.
Darwin, C. Ekman, P. Prodger, P. The Expression of the Emotions in Man and Animals (3ª Edición). Oxford University Press, 2002.
Prodger, P. An Annotated Catalogue of the Illustrations of Human and Animal Expression from the Collection of Charles Darwin: Early Case of the Use of Photography in Scientific Research. Edwin Mellen Press, 1998.
Prodger, P. Darwin's Camera. Art and Photography in the Theory of Evolution. Oxford University Press. 2009.
Gilman, S.L. Seeing the insane. Capítulo 15. Darwin's influence on seeing the insane. Brunner/Mazel. New York, 1982. pp 179-191.
lunes, 30 de marzo de 2009
55. La expresión de las emociones. Darwin, 1872.
Un 12 de febrero de hace 200 años nacía Charles Darwin, de quien también el pasado mes de julio celebramos el 150 aniversario de la conferencia, con Wallace, a la Linnean Society de Londres, sentándose por primera vez las bases de la teoría de la evolución. Dos efemérides que han motivado la celebración del “año de Darwin” a caballo entre 2008 y 2009.
Uniéndonos a los fastos de tan magna celebración, psiquifotos no puede dejar pasar la oportunidad de hablar del único libro en el que Darwin utilizó ilustraciones fotográficas. Trece años después de la publicación de “El origen de las especies” (1859) y al año siguiente de “El origen del hombre” (1871), se publicó en Londres “La expresión de las emociones en los animales y en el hombre”. Esta última obra con el objetivo de ampliar la teoría de la evolución por medio de la selección natural en relación con la expresión de las emociones, planteando la expresión de estas como un tipo particular de conducta y relacionándolas con la supervivencia individual y social.
Este libro ha pasado también a la historia como uno de los primeros textos científicos en incluir imágenes fotográficas entre sus páginas, siendo citado más específicamente, dentro de la historia de la fotografía, en el ámbito psiquiátrico-psicológico.
Darwin justificó la inclusión de imágenes fotográficas como el mejor medio para el estudio de las expresiones, ya que la congelación fotográfica permitiría una más pausada deliberación sobre la mímica retratada. Sin embargo, las limitaciones técnicas de la época, que no conseguían la suficiente velocidad de exposición para congelar muy breves gestos faciales, requirieron de una búsqueda exhaustiva de imágenes entre los estudios fotográficos de su entorno. Finalmente algunas de ellas llegaron a ser específicamente posadas teatralmente para su reproducción.
Un reto económico para la época era el coste de reproducción de un relativamente alto número de imágenes en un libro. Lo habitual era utilizar la técnica de los woodburytipos disponible en ese momento, que si bien alcanzaba un cierto nivel en la calidad de la reproducción, debían ser procesados individualmente y pegados artesanalmente sobre una de las páginas del libro, aumentando así el costo de producción. La solución fue el recurso a los heliotipos, que si bien no eran tan precisos, podían imprimirse directamente junto a la plancha de texto, resultando así más baratos que los anteriores.
Otros fotógrafos, enterados del proyecto de Darwin, se animaron a enviarle sus propias producciones. Por ejemplo, Charles L. Dogson (mejor conocido como Lewis Carrol) le envió una foto de una sonriente niña que tituló “Hoy no hay clase”. Esta no llegó a publicarse, conservándose en el Archivo Darwin de Cambridge.
Flora Rankin. Foto Charles L. Dogson (Lewis Carroll). Julio 1863.
En inglés, el libro ha tenido 3 ediciones hasta el momento. La original de Darwin en 1872 (generalmente la más consultada en su impresión facsimilar). Una segunda editada por su hijo Frances en 1889, siete años después del fallecimiento de Darwin, de apenas divulgación. Ambas incluyeron 30 fotografías de 5 autores diferentes. La tercera y última, editada en 1998 bajo la supervisión de Paul Ekman, experto en el estudio de la expresividad emocional, resulta de especial interés para “Imágenes de la psiquiatría” ya que, junto a las fotos originales, añade otras ilustraciones y fotografías que complementan a las primeras. Además, incluye diversos apéndices que profundizan en el estudio de las fotografías empleadas por Darwin, así como un listado de las imágenes y sus autores en cada una de las ediciones.
Darwin al parecer se sintió atraído por la teoría fisonómica de Bell que situaba la expresividad de los enfermos mentales como más cercana a la de los animales que el resto de la humanidad. Un punto de vista que no podía pasar por alto Darwin desde su perspectiva evolucionista, que hizo que si bien no estuvo especialmente interesado en medicina, esto no fuera así en el campo de la psiquiatría. Las emociones tal y como el ser humano las expresa, revelarían nuestros orígenes animales. En el caso de los enfermos mentales, como los niños, no podrían controlar sus intensas emociones presentando sus sentimientos de forma espontánea y sin censuras o alteraciones, justificándose aún más su estudio al suponerse que estaban además predispuestos a sufrir más intensas pasiones sin mayor control.
Por este motivo se carteó abundantemente con James Crichton Browne, entonces un joven psiquiatra aficionado también a la fotografía, solicitándole alguna imagen de sus pacientes acompañada del diagnóstico y descripción conductual.
Crichton-Browne, interesado en la parálisis general, había escrito acerca de la manía eufórica reconocible a través de una especie de sonrisa mantenida de la que habló Darwin en el capítulo de la sonrisa, de igual forma que el orgullo. Le envió 41 fotos, pero sólo una de ellas, remitida el 6 de junio de 1870, fue reproducida (y esta sólo en forma de grabado) para ilustrar el pelo de los enfermos mentales, quizás reflejo de no haber podido ver Darwin en ellas la compleja taxonomía diagnóstica propuesta por el psiquiatra, sino más bien diferentes emociones amplificadas independientemente de que sus protagonistas fueran enfermos mentales, en este sentido no diferentes del resto de personas.
Fotografía original enviada por Crichton Browne
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